La personalidad se construye a lo largo de todo el ciclo vital, comenzando y asentando sus bases en la infancia.

 

Desde su nacimiento, el niño comienza a desarrollar su personalidad, proceso en el cual intervienen variantes como la predisposición genética, el temperamento, la familia, el desarrollo del vínculo de apego, la educación, el proceso de socialización, el ambiente, etc.

Junto con la predisposición genética, el apego es uno de los factores que más influyen en el desarrollo de la personalidad.

El apego es el vínculo que establece el bebé con su cuidador principal (el padre o la madre, normalmente). Esta pronta relación nos ayuda a gestionar y responder a nuestras reacciones emocionales. Se establece y perdura en el tiempo, haciéndonos experimentar los primeros sentimientos positivos (seguridad o afecto) y negativos (abandono o miedo).

La relación paterno-filial es la base fundamental de los sentimientos de seguridad o inseguridad de un niño. De hecho, el temor que se manifiesta ante la inaccesibilidad de la madre es una reacción de adaptación evolutiva.

 

 

El estilo de apego que desarrollamos en la infancia puede modificarse a lo largo del ciclo vital por las distintas experiencias que vivimos.

 

Los principales tipos de apego

Apego seguro.

Se caracteriza por la confianza del niño hacia el cuidador. Usan a sus cuidadores como una base segura cuando están afligidos, ya que saben que estarán disponibles y responderçan a sus necesidades. Es el estilo de apego más común, presente en un 55-65% de los niños.

 

Apego inseguro-evitativo.

Se caracteriza por la desconfianza del niño hacia la disponibilidad de su cuidador, mostrando ansiedad ante el contacto tras la situación de necesidad. Se trata de niños con dificultades emocionales, y suele mostrarse en el 20-30% de los infantes.

 

Apego inseguro ambivalente.

Se caracteriza por la muestra de ansiedad del niño ante la separación de su cuidador, no disipada hasta que se reúnen de nuevo. Son niños que responden con irritación, resistencia al contacto o un gran acercamiento, y sienten miedo a la separación por creer que el cuidador solo está física y emocionalmente disponible en ciertas ocasiones. Se muestra en el 5-15% de los niños.

 

Apego desorganizado-desorientado.

Se caracteriza por la muestra de inseguridad cuando el niño se reúne con su cuidador tras la separación. Son niños que tienen un apego mixto y que muestran conductas confusas y contradictorias. Suelen pasar por una situación de colapso de sus estrategias conductuales.

 

tipos apego infantil

 

En el Centro La Fuente consideramos de vital importancia el desarrollo de los vínculos de apego en los niños y la influencia que tiene en sus problemas de conducta.

Por ello, creemos que es esencial realizar intervenciones con la familia a través de la terapia familiar sistémica, reforzando estos vínculos y haciéndolos más positivos.

 

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