La naturaleza es un parque de atracciones y una excelente medicina.

 

El contacto con ella mejora la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la seguridad, la autonomía y la adquisición de valores, entre otras muchas cosas más.

Los menores privados de experiencias con la naturaleza, pues, pierden espacio de desarrollo cognitivo y emocional, capacidad de exploración y de creatividad y destreza para la resolución de problemas. En contacto con ella, los menores enferman menos, se concentran mejor, trabajan su coordinación física y ganan equilibrio y agilidad. Además, tienen más habilidad para divertirse y colaborar en grupo.

 

Los beneficios de la naturaleza

El catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, el D. José Antonio Corraliza, verifica con diversos estudios la correlación entre naturaleza y estrés.

Sus investigadores demuestran que, a mayor contacto con la naturaleza, menor percepción de estrés, aclarando que aunque la naturaleza no impida el sufrimiento de estrés de un menor debido a algún problema, sí que le otorga más capacidad para afrontar mejor las secuelas del estrés que provocan esas circunstancias. Incluso llega a constatar que, tener cerca la naturaleza, hace que los menores mantengan mejor la atención y que se recuperen antes de su agotamiento.

 

En el centro La Fuente, se promueve que los adolescentes se acerquen a la naturaleza dos días a la semana y que traten de sacar el máximo rendimiento a lo que les ofrece el entorno.

 

Durante esta actividad, los espacios naturales se convierten en un gran recurso pedagógico para establecer vínculos afectivos con la naturaleza y los seres vivos y que desarrollen sentimientos de respeto y de protección del medio ambiente.

Terapia eqüestre

Se trabajan dimensiones del ser humano como la paciencia, la empatía, la frustración, el respeto y el compañerismo, entre otras. Los menores, con esta actividad, pusieron de manifiesto algo tan importante como la empatía, el saber apoyar a un compañero cuando éste no puede alcanzar uno de los objetivos propuestos en las actividades, aumentando así el nivel de comprensión hacia el otro.

Por otra parte, la frustración es uno de los aspectos más resistentes y firmes que manejan estos menores, y actividades como estas hacen que la gestión de este tipo de emociones sea más fácil y que no suponga un obstáculo, sino un avance del que se aprende siempre y estemos abiertos a recibir pautas y poner en práctica esa capacidad de superación.

 

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