Después de ver una fotografía hecha junto a mi hijo, hoy mayor de edad, he decidido reflexionar sobre el Centro Residencial “La Fuente”. “Para mí, un gran lugar donde cuando entras por primera vez, entras con muchísima pena, frustración por tener que dejar allí una parte de ti sin saber lo que va a pasar, sin embargo, cuando sales definitivamente, te das cuenta de que es la mejor decisión que pudiste tomar”.

“Todo el personal, desde educadores hasta psicólogos, son personas comprometidas con todos y cada uno de los chicos, con dedicación completa dentro y fuera de horarios laborales, preocupados porque salgan adelante y consigan dejar el centro cuanto antes gracias a su mejoría, sin importarles las horas de escucha con un menor que necesita ser escuchado, ayudándoles en cualquier situación, horas sin dormir por acompañar a un chico que lo requiere…”

“Ahora que mi experiencia está a punto de terminar solo puedo decir GRACIAS. Gracias a todos y cada uno de vosotros, especialmente a su psicóloga y educadores más cercanos, por haber confiado desde el minuto cero en que todo iba a salir bien, a pesar de las fugas, a pesar de lo que costó ver algún brote verde, a pesar de las recaídas… habéis confiado y lo que es hoy, os lo debo a vosotros.

Hay tantas cosas que agradecer… Sabed que nunca os olvidaré y, si en algún momento puedo ayudaros en algo, aquí estoy para lo que sea menester. En definitiva, mi recomendación no es de 5, es de 500. Un besito enorme a todos y cada uno de vosotros.”

Una madre de un menor del Centro Residencial La Fuente